Retroalimentación básica de la ortografía.
La
falta de correspondencia que se produce en algunos casos entre el sistema
gráfico y el sistema fonológico del español afecta especialmente a la
ortografía de las consonantes. Es un caso distinto el de las vocales, que
responde en la mayoría de los casos, a la representación de los sonidos
respectivos.
Por
eso, es necesario estudiar con mayor profundidad la correspondencia de algunos
fonemas consonánticos y sus respectivas grafías, para luego proponer una manera
más fácil de practicar la ortografía.
Para
el uso de mayúsculas, no se debe olvidar que estas son de mayor tamaño que las
minúsculas, también que no exime de poner tilde cuando así lo exijan las reglas
de acentuación. El uso de la mayúscula inicial se rige por posición que ocupa
la palabra, por su condición o categoría de nombre propio y por otras
circunstancias. En cambio se recomienda usar minúscula inicial cuando se habla
se días de la semana y meses.
La
acentuación es la mayor intensidad con la que se pronuncia una silaba dentro de
una palabra. Por ello también se le llama acento de intensidad. Además se suele
producir, una elevación de tono de voz o una mayor duración en la pronunciación
de la silaba.
Según
donde se encuentre la silaba tónica, se pueden distinguir cuatro clases de
palabras:
• Palabras agudas: son las
polisílabas cuya última sílaba es tónica.
• Palabras graves: aquellas cuya
penúltima sílaba es tónica.
• Palabras esdrújulas: aquellas cuya
antepenúltima sílaba es tónica.
• Palabras sobresdrújulas: son las
que tienen la sílaba tónica en alguna posición anterior a la antepenúltima.
La
puntuación en textos escritos, con la que se pretende reproducir la
entonación de la legua oral, es de
importancia en cualquier idioma. De ésta depende en gran parte la correcta
expresión y compresión de los mensajes escritos.
El
punto, la coma, el punto y coma, los dos puntos y los puntos suspensivos se
escriben siempre sin dejar el espacio de separación con respecto a la palabra o
el signo que precede, y separados por un espacio de la palabra o el signo que
sigue, a no ser que sea de cierre; los signos dobles, como los de interrogación
y exclamación, los paréntesis, los corchetes, las comillas y las rayas que
encierran aclaraciones e incisos, todos ellos compuestos por un signo de apretura y uno de cierre.
Las
abreviaturas nacen con la necesidad de escribir más rapidez y de encerrar en
poco espacio la mayor cantidad de información, éstas son las razones para
abreviar ciertas palabras, representándolas con una o algunas de sus letras, de
las que se deduce con facilidad el vocablo o vocablos aludidos.
Cualquier
palabra o grupo de palabras permiten una abreviación. Su uso y la tradición han
multiplicado el número de abreviaturas empleados en nuestro idioma, creando
unas duraderas y desechando otras de uso efímero u ocasional; también es
necesario recordar el uso, cada día más relevante en el uso de la vida pública,
de las siglas, tanto las que representan a organismos nacionales e
internacionales como los correspondientes a instituciones, firmas comerciales
por todos conocidas.
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